La actividad física y la hidratación en los niños
El tema más importante para considerar es cuando se debe hidratar. Recordar siempre hidratar a los niños antes, durante y después de realizar actividad física.

No es necesario esperar a que sientan sed para ofrecerles líquidos, pues estaremos llegando tarde, ya que para ese momento estarán levemente deshidratados. Considerando que los niños son más susceptibles a sufrir golpes de calor que los mayores, debemos estar atentos a las señales más frecuentes de la deshidratación:
- Sed
- Dolor de cabeza
- Síntomas de mareo y o nauseas
- Debilidad corporal
- Irritabilidad
- Fatiga
Otro punto importante que describir es que los niños cuando hacen actividad juegan o realizan algún deporte especifico, al transpirar no pierden solamente agua, pierden sales minerales esenciales como son el sodio y el cloro.
Por eso en días de calor o de actividad física muy intensa, se debe acudir a bebidas que aporten las sales minerales que se pierden con el sudor.
Cuando los niños están activos, es importante limitar la ingesta de bebidas gaseosas y jugos. Las gaseosas producen lo que se denomina sensación de plenitud gástrica, que hace que el niño no siga tomando líquido y en consecuencia deje de hidratarse como realmente lo necesita.
Además, las bebidas colas contienen cafeína que produce un aumento de la diuresis, retrasando aún más la correcta hidratación. Por otra parte, los jugos con alta concentración de carbohidratos no solo son difíciles de absorber, sino que además retrasan la adecuada hidratación.
Recordar siempre que se debe tratar de ingerir bebidas frías, no congeladas, ya que las primeras pasan rápidamente por el estómago, llegando a tiempo al intestino donde son absorbidas, facilitando la reposición de energía y la hidratación. A esto se le debe sumar una ingesta gradual, pues si se toma de golpe y en forma repentina solo se retrasa la absorción de los líquidos, pudiendo causas además trastornos a nivel estomacal.
Se debe tener especial cuidado en la franja horaria de 11 a 16, ya que es el momento de mayor exposición a los rayos del sol. Por eso en las actividades al aire libre se deben dosificar los estímulos y tratar de generar más pausas de recuperación.
La frecuente costumbre de mojar los gorros de los niños como único recurso, debe eliminarse, pues impiden que una parte importante de la superficie corporal del niño disipe el calor generado hacia el exterior.
En cuanto al uso de la ropa, esta debe ser amplia y en lo posible de colores claros. Si la indumentaria se moja debe cambiarse ya que la humedad de la piel impide la transpiración, el único mecanismo capaz de bajar la temperatura del cuerpo.
Aportes
Dr. Nestor Lentini
Dra. Luciana Valenti
Dr. Oscar Incarbone
Raul Sabbatini, presidente de la Comisión de Deporte y Sociedad Activa